A diferencia de muchas ciudades en el mundo, Cancún,
simplemente no tiene miedo. Es descarado y sin complejos, y en eso radica
su alto brillo encanto. Así que te puedes trasladar en el tiempo viendo a
los bailarines mayas, de capa y espada, acercarte a los piratas representados
por miles de actores y la cerveza o bien un tequila para refrescar un poco el
agotador calor de la costa.
Es difícil creer que este pueblo de pescadores se convirtió en un fenómeno mundial. En la década de 1970 México acogió a un grupo de planificadores muy ambiciosos, los que además finalmente decidieron superar a Acapulco con un flamante Resort de clase mundial ubicado en la península de Yucatán, y fue así como poco a poco Cancún nació y se convirtió en lo que es hoy en día, una de las mejores playas del mundo. A pesar de que no es para todos, ya este tipo de turismo de masas sin duda no es de interés para todos los viajeros, si estás aquí, puedes ir y experimentar tu mismo todas las atracciones que una playa como esta te puede ofrecer.
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