Mérida fue fundada en el siglo 25 a.C. por los
romanos y dotada de todos los servicios de las grandes ciudades de la época,
fue ya entonces cuando alcanzó su prestigio como una de las ciudades más
relevantes de Hispania, convirtiéndose en capital de Lusitania, prestigio que
nunca perdería, pues tras las invasiones bárbaras paso a ser Capital de todo el
Reino Visigodo de Hispania, y así pasó a los musulmanes hasta su reconquista
Cristiana. Por reconocimiento a su esplendoroso pasado se convierte en 1983 en
Capital de Extremadura, la Unesco
la nombra Patrimonio de la Humanidad diez años después.
Es así que Mérida más allá de tener un
buen Patrimonio, es un Patrimonio en sí misma por su historia, por el arte que en ella se palpa, por el
magnífico respeto que sus habitantes y autoridades han sabido tener, que la han
permitido conservar de excelente forma los vestigios de su historia, respetando
hasta el trazo de sus calles, Tal
es así que, aunque es una Ciudad moderna, con muchos servicios, con gran oferta
hotelera y núcleo institucional de Extremadura, sigue conservando su encanto pasado, de tal manera que
pasear por su calles te invita a ver la vida tranquila y sosegada de tiempos remotos. Y este es su
éxito, porque Mérida ha avanzado, ha crecido, ha seguido siendo la importante Ciudad que siempre fue, ha
mirado al futuro y se ha adaptado a El. Su mérito es que no sólo ha contado su
historia, sino que es una historia viva. Cuando estás en Mérida no ves lo que
fue, sino lo que es. En pocos lugares del mundo el turista vive esta sensación
de una manera tan clara y tan pulida, es una gran experiencia.
La mejor forma de conocer Mérida es a pie,
visitar la oficina de Turismo donde te dan un mapa muy detallado y fácil de
seguir con un itinerario recomendado muy completo. Hay una entrada general que
cuesta 12 euros y te vale para todas las visitas, a excepción del Museo
Nacional de Arte Romano, que tiene entrada a parte, pero es gratis los Sábados
a partir de las dos de la tarde.
Destacamos aquí, sus dos puentes romanos, el
acueducto de los Milagros, la alcazaba árabe, El templo de Diana, el Arco de
Trajano, el conjunto arqueológico de morerías, la Basílica de Santa Eulalia, El
circo romano que es uno de los mejor conservados del mundo, la casa de Mitreo
excepcional y maravillosa asombra el estado de conservación de sus pinturas y
mosaicos, el anfiteatro romano y por supuesto el teatro, símbolo de la ciudad y
único en el mundo pues construido según los tratados de Viturbio al igual que
los de Dugga (Tunéz) Orange (Francia) y Pompeya y Roma
(Italia) ninguno conserva su esplendor ni su estructura tanto como el de
Mérida, un dato curioso sobre
este teatro es que no hace falta micrófono para hablar porque el diseño del
teatro amplifica el sonido.
Su pasado la hace, soberbia, poderosa, insólita en esta ciudad te
puedes encontrar de frente con lo que fuimos, con las huellas que las
diferentes culturas dejaron, saber que les hacía diferentes unas de otras, y
sobretodo saber que las hizo iguales… Mérida, pues todas la eligieron por eso es Capital de la Cultura, está
es su carta de presentación, esto es lo que Mérida ofrece al visitante nada
más… y nada menos!!
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